Hoy soy más egoísta que nunca. Hoy no solo me voy a regocijar en mi
propio sufrimiento. No, eso ya no me basta.
Hoy lo comparto y te hago
cómplice, lector.

sábado, 3 de mayo de 2014

Vino blanco

Fui a ver al cine Casi un Gigolo. Muy linda peli. Vayan a verla.
En fin.
No viene al caso toda la peli. Tampoco dedico este blog a escribir sobre películas. Bueno, a veces si. Pero hoy no. Hoy me di cuenta de lo mal que estamos. Si, "ESTAMOS". Como planeta, como mundo, como gente. MAL!
En la peli esta una de las protagonistas, una chica, viuda de un rabino, una judío ortodoxa, cuenta que cuando se caso tuvo que "dejar sus libros". El protagonista le pregunta si leyó "ese" libro y ella le responde que no esta permitido, y le cuenta lo que ya puse. Que tuvo que dejarlos cuando se caso. -Si, tome vino en la cena, agradezcan que volví caminando a casa o esto seria peor-. Volviendo al tema: en la cena, mientras tomábamos vino blanco y hablábamos de la peli, no se como llegamos a que un amigo de un amigo de El Enviado (espero que no sea el mismo, o lo mato) hizo caza mayor con perros. Es eso donde usan perros grandes (en su historia, dogo argentino) para cazar con cuchillo o armas, jabalíes o chanchos salvajes o lo que sea que no se (ni quiero saber) porque son unos trogloditas inhumanos y no tienen mejor cosa que hacer aparentemente. En su historia, habían ido esta gente de caza y cuando vieron al chancho mandaron a los perros, perro resulta que no era chancho sino chancha y se dieron cuenta porque vieron a los chanchitos. El dueño de los perro, el guía, se volvió loco llamando a los perros para que vuelvan, pero los perros, encarnizados como estaban, no dieron bola y atacaron, de cinco no volvió ninguno. Yo me enoje con la historia, por obvias razones. Por gente de mierda que paga por matar un bicho, en cima, murieron cinco perros! CINCO! Discutimos la diferencia entre cazar perdiz, chancho, leon o matar vacas. Me enoje mucho, como siempre que discutimos este tema. Para que baje un cambio El Enviado cambio de tema y seguimos con el vino, comimos postre y pagamos. Como dije antes, volvimos caminando. 
Mientras volvíamos, retomamos la historia de la peli. La parte de esta chica que tuvo que dejar sus libros por casarse (mil disculpas si algún judío lee esto, no estoy muy interiorizada y es solo mi punto de vista). Pasamos por una construcción y el enviado comenta que al menos en ese tipo de sociedades jamas un hombre le faltaría el respeto a una mujer diciéndole algo desagradable como lo que tenemos que oir diariamente nosotras, boludeces que algunos hombres llegan a llamar "piropos". Para mi un piropo nada tiene que ver con "veni que te escavo el hoyo" pero bueno, a la libertad de albedrío y todo eso. Me acorde de otra peli que vi hace tiempo -La fuente de las mujeres- donde un grupo de mujeres (creo que musulmanas ¿?) peleaban por sus derechos. Y ahí volvimos al tema del jabalí y el chancho salvaje. Si hoy en día, seguimos viviendo en una sociedad donde la mujer (parte importante de la especie humana) tiene que pelear por sus derechos, donde queda el derecho de los demás seres vivos? Que tan importante es que me siga yo peleando con un grupo de vende perros porque críen decentemente cuando mis mismas pares siguen siendo casadas (sin z, pero igual de lamentable) sin su consentimiento, vendidas, explotadas, ... sin poder quedarse con sus libros? 
Se que no es algo nuevo. Mis opiniones me las meto en el hoyo, y que? Y agradezco haber nacido donde nací y criada por mi madre. Y mañana me voy a seguir preocupando porque ponerme, por que comentario nuevo hay en una foto que publique en facebook, por la chica que el novio quemo porque lo engaño en el noticiero. Es tristicimo todo esto.
Necesito abrir otro vino.

viernes, 4 de abril de 2014

Angustia. La compra compulsiva. La comida.

Angustia. La compra compulsiva. La comida.
Alguna vez estuvieron ahí? Entonces saben lo que siento.
Es una seguidilla, un patrón. Es algo que viene después de otro algo que era menos peor.

Cuando no puedo manejar algo que pasa en mi vida, algo groso, de eso que de tener una varita mágica harías... bueno, magia para que desaparezca, me inclino a comprar ropa, a gastar plata en cosas que -digamoslo así- no necesito, no tengo necesidad de tener: otra taza, otro pantalón, otro par de botas, otra remera para el perro -si, para el perro-. Y si no puedo comprar? Mas angustia, mas de lo mismo. Me inclino a la comida, a la angustia oral como le dicen: un brownie que no me llena, un sanguche que no tenia ganas, un café que encima me acelera, una pizza, un Mc al paso. Todo lo que haya en la heladera. No importa si hace dos horas almorcé, no importa si hace diez minutos merendé en casa un té con tostadas, si paso al lado de un Starbuck volviendo a casa y no tengo en mis manos las bolsas de compra, NECESITO comer algo. Después me duele la panza, obvio. Estoy llena... si, llena de comida y en cima me aprieta el jean tiro alto por el que me mate el mes pasado en el gym. Todo mal. Todo por no comprar esa remera, todo por no haber mandado a la mierda a alguien (a tu jefe, a tu hermano, a tu viejo, a tu novio...), porque no llegas a fin de mes, por que estas cansada. Y vuelve la angustia. La compra. La comida. La angustia. Y la VISA a reventar. TODO VUELVE.

miércoles, 26 de marzo de 2014

NO COMPRARÉ

"No compraré" es el mantra que me repito cada vez que abro una revista, que prendo la compu, que boludeo con el cel. "No compraré". "No compraré" para ahorrar un poco. "No compraré" para que la VISA se mantenga debajo de las 10 lucas. "No compraré" hasta que la VISA baje a los 6... al menos. "No compraré" porque ya no tengo lugar en ninguno de mis dos roperos, porque acumulo ropa que no uso, porque tengo zapatos que me lastiman y no puedo usar, porque TENGO lo suficiente para vestir sin comprar algo nuevo cada vez que salgo a la calle. 

"La oniomanía o compra compulsiva es un trastorno psicológico cuyo síntoma es un deseo desenfrenado por comprar sin una necesidad real, frecuente en personas que padecen trastornos del estado de ánimo. Esta psicopatología suele estar asociada con trastornos depresivos y baja autoestima, aunque la compra compulsiva puede estar presente en otras enfermedades mentales como el trastorno bipolar o el trastorno límite de la personalidad"... volvemos a lo mismo de siempre en si. Se que NO lo necesito, se que puedo NO comprarlo pero también se que lo voy a hacer. Porque si lo veo, quiero probarlo para darme cuenta de que no es tan lindo, de que no me va a quedar bien (en este caso seria un hallazgo feliz, porque en el cambiador del negocio siempre todo te queda bien, el problema es como te queda cuando lo sacas del ropero de tu casa), y si me queda bien solo tengo dos opciones: comprarlo o, ignorando la mirada acusadora o lastimosa de la vendedora, no comprarlo... y limarme la cabeza durante el tiempo que el poder de la voluntad ejerza sobre mi, mientras no puedo lograr dormir sin pensar en ese jean, en esa campera, en ese sweater,en esos zapatos, me despierto pensando en eso y paso el día dando vueltas en mi casa pensando en que podría combinarlo con esto y aquello (con suerte, "esto y aquello" ya lo tengo). La clave esta en no salir de casa. La clave esta en salir de casa con el perro para poder pasar frente al local y pispear si esta o (otro feliz hallazgo) ya no esta, pero no poder entrar. Porque cuando salgo de casa con el poder fisico de entrar al local, se que voy a comprarlo. Lo voy a tener y luego voy a sentirme miserable.

COMPRAR es una maldita ADICCIÓN. 

jueves, 20 de febrero de 2014

Olvido, viejo verde


¡Pobre flor! ¡ Qué mal naciste! 
¡Qué fatal que fue tu suerte! 
Al primer paso que diste 
tropezaste con la muerte. 
El dejarte, es cosa triste 
el cogerte, cosa fuerte, 
pues dejarte con la vida 
es quedarte con la muerte.



Miguel Hernández.




Volví de la plaza inspirada. No, no fue el día soleado, las nubes ni los arboles, no fueron las parejitas que derrochan ternura. Fue un viejo asturiano (un viejo verde) que me dijo que no debería analizar tanto las cosas, que la vida es ahora. Me dijo que el pasado ya estaba, era pasado y que el futuro no sabíamos que era, entonces que viva el presente. Que deje de analizar las cosas -por extraño que suene es la segunda vez que me hacen esa recomendación-que no piense tanto, ¡que viva! Casi lloro. 



Olvido se me acerco con su bastón, sus ochenta y tantos y su paso lento mientras jugaba con el celu tratando de ignorar al perro que me taladraba la cabeza ladrando para que le tirara la pelota. Me dijo que le gustaba mi perro, que tenia cara fea pero buen cuerpo y después ya no recuerdo cuando fue la primera vez que me dejo lo linda que yo era, modestia a parte, tras dedicarme la poesía que escribí al principio. "¡Pobre flor! ¡ Qué mal naciste!  ¡Qué fatal que fue tu suerte! Al primer paso que diste tropezaste con la muerte", no se que lo inspiro a contarme que Miguel Hernández, un amigo de Cervantes (no puedo dar fe de esto), estaba en un velorio cuando vio la calavera asomar de la tierra y en la cuenca donde debería estar el ojo, una flor. Así se entiende la poesía, pero yo sentí que me hablaba de otra cosa.


Olvido me contó que era de Asturia, cosa que ya había notado por su fuerte acento. Me dijo que estaba casado en segundas nupcias con una mujer argentina desde hacia 14 años, que lo quería mucho, que era cariñosa con el y que lo cuidaba. Me contó que se la habían presentado cuando estaban los dos de vacaciones en el Viejo Continente, que empezaron a salir y le pidió casamiento porque prefería dejarle su pensión a una mujer y no al estado. Me dijo que era un hombre muy enamorado... pero de las mujeres en general, no de la suya en particular, porque ella lo quería mas a él que él a ella. Replique que generalmente en las parejas uno ama mas que el otro y me dio la razón. Entonces me pregunto si estaba enamorada.


Volviendo al perro, me dijo que las mujeres francesas solían tener perros de amantes (tampoco puedo dar fe de esto), que dormían con sus perros a falta de hombre. Uso la palabra "dormir" como si significara "coger", yo no me había dado cuenta. "Que igual es mejor eso que las lesbianas y los chicos que se besan con otros chicos". "Yo también duermo con mi perro cuando mi marido no esta", si, a veces uso la palabra "marido" cuando un hombre me hace sentir incomoda, aunque en este caso, este viejito verde me divertía. Me pregunto si tenia chicos, le dije que no. "Mejor"- me dijo, "No tengas hijos, así estas bien, sos hermosa, los hijos son para problemas que no valen la pena, y si después te queres separar no podes. Si queres ten uno o dos, pero mejor no tengas". Le agradecí el consejo, pero no me anime a preguntarle si el tenia hijos.



No se porque, me hablo de como los asturianos habían sacado de sus tierras a los moros (otra vez no puedo dar fe de esto, no se nada de historia) cuando el Rey había muerto y mientras su hijo heredero lloraba, la mujer matriarca del difunto Rey le dijo "No llores como niño lo que no supiste defender como hombre". 


Me contó muchas cosas mas que ya no recuerdo, que se me terminaron mezclando entre tantas ideas. Lo que si recuerdo es que antes de despedirse me pidió un beso, en realidad dos, porque en su tierra dan uno en cada mejilla. Cuando le daba el segundo beso aprovecho la proximidad para tomarme una lola, le dije que era un viejo verde y sonrió como diciendo "Si no aprovecho ahora que tengo un pie dentro de la tumba, querida". Me dijo una cosa mas: Si nos volvemos a encontrar y yo estoy con mi mujer, hagamos como que somos dos extraños, porque ella es muy celosa. Así sera!




miércoles, 18 de diciembre de 2013

Inconcluso 2013

Se me pasó el año entre no querer ir al barco y entre estar en el barco, entre planear las mejores vacaciones de mi vida y vivirlas a través de una cámara... y revivirlas en fotos, entre pedir turnos, ir al medico, torturarme pensando que tenia que ir al gym, torturarme pensando que tenia que comer mejor, entre extrañar a El Enviado, mi casa, mis amigas y elegir entre salir con mis amigas o quedarme en casa con El Enviado, en fin se pasó el año tratando de dividirme siempre en dos para que el tiempo me dure mas. Este año hice cosas que esperaba desde hace mucho, como fue salir del país, conocer otro continente me cambio la cabeza. Y también hice cosas que creí que jamas haría... como anotarme en el gym y realmente ir, me propuse comer bien y lo cumplí, hasta ¡me compre ropa deportiva! -y se me abrió un nuevo mundo de compras... pero eso no se lo vamos a contar a El Enviado-, eso cambio la forma en que me veo a mi misma. También aprendí a tejer, me calma, no tengo que pensar mientras lo hago y fui a mas clases que a citas con Julia, la psicóloga.

Y por mas que lo intente, fue otro año que no dedique a la escritura. Ni siquiera ahora, que llevo 20 minutos sentada frente a la pantalla, siento que vaya a salir algo que tenga que ver conmigo.

Pienso que tengo que ir a comprar unas bermudas para El Enviado, que se esta por largar a llover, que no colgué la ropa que lave... y me siento lo que nunca quise ser, una ama de casa. Me pregunto como paso esto. Sera verdad lo del saturnazo? Si la edad no es lo que me afecta, lo sera cerrar un ciclo. Empecé a caminar la vereda hacia los 29, a un paso de los temibles 30. Y me pregunto si cumplí con mis expectativas. Tengo todo lo que quiero? Que me falta? Porque me falta? Si es verdad que la vida te da lo que pedís, sera que no se lo pido con la suficiente fuerza?

No puedo cerrar el año. No quiero. Porque cuando termine significa que me quedo sola... por los 3 meses que El Enviado se va de viaje. Y no tengo idea de que voy a hacer 3 meses sola. Bueno, sola, espero que no. Me quedan el perro, el loro y algunas amigas.

Bueno, por lo menos colgué la ropa.
Maldito balance de fin de año.